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NOVIEMBRE 2016
¿Cuánto me cuesta la deuda bancaria?
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Caso 1.

 Muchas empresas piensan que necesitan poca financiación bancaria, pero después resulta que los intereses que pagan son excesivos respecto a su endeudamiento medio.  Por ejemplo: tras analizar los datos mensuales de una empresa, su endeudamiento medio con los bancos es de 100.000 euros, pero paga intereses anuales por importe de 12.320 euros.

Tensiones innecesarias. Estas situaciones son frecuentes y tienen su explicación en la propia obsesión por no utilizar financiación bancaria:

- En ocasiones no se dispone de póliza de crédito y se producen descubiertos –por ejemplo, porque se retrasa un cobro importante.  Dichos descubiertos, aunque sólo sean de unos días, suponen unos intereses muy altos.

- Otras veces se apura la utilización del descuento de pagarés, haciéndose uso de él cuando ya no hay más remedio y de forma inadecuada. Por ejemplo: la empresa necesita financiar 20.000 euros durante 20 días, pero resulta que, por culpa de esperar a última hora, sólo tiene para descontar un pagaré de 35.000 con vencimiento a 60 días. Pagará intereses por esa suma y ese plazo cuando en realidad sus necesidades de financiación son muy inferiores.

Solución. Aunque su empresa no necesite financiación –porque sus inversiones ya han sido pagadas con las aportaciones de socios–, siempre puede producirse alguna incidencia en el día a día –cobros que se retrasan, gastos imprevistos...–   No descarte, por tanto, la posibilidad de contratar una póliza de crédito con un límite razonable para afrontar posibles imprevistos y evitar el pago de intereses por descubiertos.



Caso 2. 

Situación habitual. Otra situación habitual se da en empresas que piensan que el coste de su financiación es razonable, cuando en realidad no es así. Por ejemplo: una empresa con un endeudamiento medio bancario de 100.000 euros ha pagado a final de año unos intereses de 3.500 euros, por lo que parece que el coste de su financiación es razonable, del 3,5%.  Pero seguramente se ha olvidado de sumar algunos conceptos a esos 3.500 euros.

Comisiones. Las operaciones de financiación suponen unos gastos distintos a los intereses, que se contabilizan como gastos por servicios recibidos (y no como gastos financieros): comisiones de apertura y estudio, gastos de formalización notarial, comisiones por saldos no dispuestos en la póliza de crédito...  Si en la empresa del ejemplo anterior estos gastos suman 4.500 euros anuales, realmente la financiación le estará costando 8.000 euros. ¡Un 8%, y no el 3,5% que aparecía inicialmente en las cuentas!

Solución. En estos casos la solución pasa por negociar las comisiones a la baja. Así pues, en una renovación de una póliza, puede negociarse la reducción o supresión de la comisión de apertura.   También conviene estar atento con los límites de las pólizas de crédito, haciendo unas previsiones de tesorería razonables y ajustando dicho límite a las necesidades reales de la empresa:

- Si se pide un límite excesivo (por prudencia), el banco cobrará unas comisiones por “saldos no dispuestos” que podrían haberse evitado.

- Y si se pide un límite escaso pueden producirse saldos excedidos, en los cuales el banco cobrará comisiones e intereses importantes.



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